Piénsalo dos veces antes de pedirle dinero a tus colegas.
Una encuesta reciente de Time / Rockefeller Foundation encontró que el 58% de los encuestados de 18 a 29 años tuvieron que pedir dinero prestado a un amigo o familiar en el último año para cubrir los gastos.
Aunque pedir dinero prestado generalmente se hace con las mejores intenciones, los riesgos son altos. Con demasiada frecuencia, el prestamista se encuentra en la desafortunada situación de quedar sin su dinero y posiblemente sin su amistad. Si elige correr el riesgo, considere los siguientes consejos:
No pruebes sus límites. Pregúntate si tu colega tiene dinero que pueda prestar. No querrás poner a tu colega en la misma situación financiera en la que te encuentras.
Ponlo por escrito Si decide pedir dinero prestado, trate el préstamo como lo haría con cualquier otro asunto comercial. Discuta los términos del acuerdo y ponga los detalles por escrito. Cerciorar de incluir ambas partes involucradas, la tasa de interés, las fechas de vencimiento, los montos de pago y las multas por pagos atrasados o no realizados.
Comprenda el impacto potencial. A veces, el prestamista asume una posición de poder al esperar un trato especial del prestatario. ¿Es su relación lo suficientemente fuerte como para manejar esta nueva dinámica? Prepárate para lo peor. Cerciorar de sentir cómodo con el intento de su colega de cobrar si es necesario. Los peores escenarios pueden terminar en los tribunales. También sepa que si su colega puede cancelar la deuda como deuda incobrable no comercial en su próxima declaración de impuestos.
Finalmente, si aplicar un préstamo y se lo niegan, trate de no tomarlo como algo personal. Tal vez tu colega sepa que prestarte dinero puede no ser útil a largo plazo. Luego de todo, las amistades no tienen precio.