El autor Brent Kessel ofrece algunas perspectivas
Recientemente tuve la oportunidad de hablar con Brent Kessel, autor del nuevo libro, It's Not About the Money. Brent es uno de los únicos CFPdel país que también es un practicante de yoga, meditador y estudiante de filosofía oriental con mucha experiencia. Como parte de su investigación para su libro, Brent entrevistó a dos docenas de líderes de opinión, incluidos maestros espirituales como el Dalai Lama, economistas ganadores del Premio Nobel y directores ejecutivos de Fortune 500, para obtener su sabiduría sobre el dinero, la espiritualidad y la felicidad.
Le pedí a Brent que explicara por qué las personas pasan la mayor parte de sus horas de vigilia pensando, gastando o ganando dinero. En su respuesta, Brent describe un ejercicio que me pareció muy útil. Esto es lo que dijo:
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Nuestra fisiología está programada para entregar constantemente mensajes sobre lo que nos amenaza y lo que nos hará más propensos a sobrevivir, más seguros. Nada en la sociedad moderna está tan estrechamente ligado a nuestra supervivencia como el dinero. La clave es reconocer que incluso cuando sientes tu mayor necesidad o ansiedad, tu supervivencia probablemente no esté amenazada de manera inminente.
Te animo a que le pidas a tu mente preocupada que exagere su peor escenario. Realmente sácalo. "Creo que cometí un terrible error en ese reporte para mi jefe. ¡Podría perder mi trabajo!" ¿Qué más crees que podría pasar? "Bueno, entonces todos sabrán lo incompetente que soy". ¿Y qué más? "No podré hacer los pagos de la hipoteca". Sigue. "Y luego tendríamos que mudarnos, de regreso a ese departamento de mala muerte". ¿Y qué pasaría después? "Mi esposa se disgustará tanto que me dejará".
Luego imagine cómo respondería de manera óptima si ese peor escenario realmente ocurriera. ¿Qué harías? No "Sería un caso perdido", sino "Me mudaría al garaje de mi hermana con un saco de dormir y un colchón de aire, y ganaría dinero trabajando como empleado de envío". Sea específico y realista. Todavía querrás sobrevivir y recurrirás a los recursos que tengas disponibles para hacer precisamente eso. Por último, pregúntate qué crees que deberías hacer en este momento. Si no se te ocurre nada concreto, entonces, tal como lo harías con un niño que le cuenta historias aterradoras a su hermano, pon el pie en el suelo y dile a tu mente preocupada que deje de hablar hasta que piense en algo que puedas hacer sobre la situación en el momento presente.